¿Cómo reconocer los lipomas en perros?

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«Es solo un tumor de grasa», suelen decir los dueños cuando les señalo un bulto debajo de la piel de su perro que se está enrollando bajo mis dedos. “No estoy preocupado.” Suelen tener razón, pero siempre recomiendo que los propietarios confirmen el diagnóstico antes de comenzar su día.

Los lipomas, tumores benignos formados por células grasas, son una de las masas más comunes que se encuentran en los perros mayores. Dado que generalmente son benignos, es poco probable que se propaguen al tejido cercano. Por lo general, ocurren espontáneamente y se pueden controlar la mayor parte del tiempo.

Ocasionalmente, pueden estar en un lugar incómodo (como debajo de la axila) o pueden crecer lo suficiente como para ser incómodos para el perro. En estos casos, es mejor quitarlos por comodidad.

Es importante asegurarse de que realmente se trata de un lipoma. Ningún veterinario, por muy bueno que sea, puede decir con certeza qué células forman una masa a menos que miren una muestra bajo un microscopio. Una aspiración con aguja fina es un procedimiento simple y económico que no requiere equipo especial y se puede realizar en el consultorio sin sedación, lo que brinda confianza a los propietarios y veterinarios para decidir cómo manejar la mayor parte.

En la gran mayoría de los casos, el aspirado confirma la sospecha de que se trata de una masa grasa. Con este diagnóstico, los propietarios pueden tomar una decisión informada sobre qué hacer. Pero de vez en cuando las personas reciben una sorpresa y se alegran de haber decidido revisar a la multitud solo para estar seguros.

Algunas masas se sientan debajo de una capa de grasa y se sienten como lipomas, pero resultan ser algo más preocupante. Una vez aspiré tres masas sospechosas de un pastor alemán. Dos de ellos eran tumores de grasa. El tercero resultó ser un pequeño tumor de mastocitos, un tipo agresivo de cáncer que es muy probable que haga metástasis en los órganos internos si se deja solo. Los propietarios estaban muy agradecidos de haber detectado esto temprano y pudieron eliminar la masa antes de que se convirtiera en un problema para su perro.

Aspirar a estas masas es una situación en la que todos ganan, independientemente del resultado. Si se trata de un tumor graso, los dueños ahora tienen la tranquilidad de poder monitorear al perro sin apresurarse a operarlo. Y en aquellas ocasiones en que las cosas resultan diferentes, los propietarios siempre agradecen haber aprovechado la oportunidad para detectar un problema antes de que se convirtiera en algo mucho más complicado.

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