La conexión que se forma entre una persona y su perro es tan poderosa que es difícil de describir. Si bien miles de hogares en todo el mundo han experimentado la alegría de ampliar su familia para incluir un perro, hay algunos casos especiales que ilustran verdaderamente el poder de este vínculo. Uno de esos casos es el de Craig Grossi y su perro, Fred. Los dos comparten un vínculo inquebrantable que se forjó en un lugar que nadie esperaría.
Grossi estaba sirviendo en la infantería de marina cuando lo enviaron a Afganistán para luchar contra los talibanes. Aquí, no solo viviría algunos de sus momentos más angustiosos, sino que también encontraría a Fred. A pesar de la constante amenaza que lo rodeaba, Grossi se sintió atraído por el perro en el momento en que lo vio.
Fred se destacó por varias razones. En primer lugar, la mayoría de los perros de la zona viajan en manadas y son muy agresivos con las personas. Fred, sin embargo, estaba solo. Además, cuando Grossi decidió romper la regla de no interactuar con los perros y llevarle algo de comida a Fred, el perro se mostró cariñoso y feliz. Los dos se volvieron inseparables, aunque Grossi tuvo que tener cuidado de no dar a conocer su relación a sus superiores.
Si bien fue arriesgado para Grossi incluso formar un vínculo con Fred, fue cuando el perro comenzó a acompañarlo en las misiones que comenzó el verdadero peligro. Fred no representaba ningún riesgo para la unidad; se portaba excepcionalmente bien y nunca ladraba. Sin embargo, si lo atraparon, Grossi podría haber enfrentado un castigo severo y Fred podría haber sido sacrificado. Afortunadamente, el carisma de Fred hizo que los otros miembros de la unidad también apreciaran al perro.
El vínculo que se formó entre Fred y la unidad de Grossi permitió que el perro fuera rescatado de Afganistán. Cuando Grossi se fue, mantuvo al perro guardado en su bolsa de lona. Toda la unidad ayudó a mantenerlo en secreto. Sin embargo, la historia no termina ahí. Grossi tuvo que convencer a un trabajador de una compañía naviera para que aceptara retener al perro hasta que pudiera reunir la documentación adecuada para enviarlo de regreso a los EE. UU. Esto no fue difícil, ya que los miembros de la naviera se enamoraron del perro.
El viaje de Fred a los EE. UU. se retrasó cuando Grossi resultó herido por un cohete. Sin embargo, lo primero en lo que pensó después de recuperarse fue Fred. Eventualmente, pudo reunir todo el papeleo necesario. Con una caja provista por un infante de marina que trabajaba con perros militares, Fred fue llevado a su nuevo hogar. Él y Grossi han usado su increíble historia para inspirar a otros, viajando por todo el país para compartirla. Además, la respuesta al audaz rescate ha sido tan abrumadoramente positiva que Grossi está escribiendo un libro al respecto.
Las personas que ven a los perros como mascotas o entretenimiento para la familia subestiman enormemente el impacto que tienen en las personas. La historia de Fred es una ilustración perfecta de este impacto. El increíble espíritu de Fred hizo que se formara un vínculo profundo con Grossi, convenció a su unidad para que ayudara a sacarlo de contrabando de Afganistán, consiguió fácilmente la ayuda de una compañía naviera y ahora está inspirando a personas en todo el país. El amor entre una persona y un perro puede conquistar grandes peligros y riesgos, como lo demuestran Grossi y Fred.