Los perros callejeros suelen tener vidas difíciles. Y a pesar de los esfuerzos del gobierno y otras organizaciones para sacarlos de las calles, su número parece estar aumentando. La Ciudad de México, por ejemplo, ha registrado más de un millón de perros callejeros en los últimos dos años. Sin duda, la lucha por la supervivencia es bastante feroz. Entonces, cuando se descubrió que un perro callejero tenía tumores cancerosos, se hizo a un lado y sus posibilidades de supervivencia se consideraron cercanas a cero.
el buen samaritano
En medio de este estigma, y milagrosamente, un transeúnte se sintió tan obligado a levantar al perro y buscar ayuda. En ese momento su salud se había deteriorado significativamente. Estaba extremadamente desnutrido y la mayoría de los tumores cancerosos se habían roto e infectado. La mera vista del perro fue quizás la razón por la que la mayoría de los transeúntes siguieron caminando, temiendo que ya estuviera en su lecho de muerte.
El Salvador, por otro lado, creía que un poco de fe puede recorrer un largo camino. El perro fue llevado a una activista local por los derechos de los animales llamada Dalia Gamez, quien le dio un nuevo nombre (Boby) y, a juzgar por su grave situación, inmediatamente fue a buscarle atención médica. Después del diagnóstico, los veterinarios determinaron que los tumores eran realmente cancerosos y que necesitaba quimioterapia de inmediato.
El dilema era que el cuerpo de Boby estaba tan débil que Dalia y el personal temían que el tratamiento pudiera ser demasiado agresivo para él. Pero no había otra manera. Al perro de dos años se le recetaron 8 sesiones de quimioterapia durante 2 meses, y Dalia hizo todo lo posible para mantener el ánimo durante toda la prueba. Incluso entonces, no estaban seguros de si Boby sobreviviría.
El proceso de recuperación
Es seguro decir que el cuidado y la compañía de Dalia jugaron un papel importante en la recuperación del perro. Varios estudios han demostrado que los humanos y los animales (especialmente los perros) tienen un vínculo estrecho que puede ser útil cuando una de las partes se lesiona. Con la ayuda de Dalia, Boby pudo recetar toda la quimioterapia. Los cambios fueron notables y llevaron a Dalia a compartir la historia del perro en línea. Su cuerpo comenzó a transformarse en un perro completamente nuevo.
Los tumores desaparecieron uno por uno y su pelaje volvió a crecer grueso y brillante sobre el tejido cicatricial, cubriéndolo por completo. Su peso también volvió a la normalidad, haciendo que el perro fuera casi irreconocible. Boby ahora tenía una nueva oportunidad de vida. Estaba lleno de energía y se le podía ver corriendo, saltando y jugando como otros cachorros de su edad.
Pero su historia no terminó ahí. La asombrosa transformación de Boby se convirtió en la comidilla de la ciudad. Ahora era una celebridad local, y los vecinos de Dalia incluso esperaban en fila para conocerlo. Esta fama también ayudó a Gámez a encontrar una familia amorosa para que Boby la llamara su nuevo hogar.
Nuevo hogar
Aunque la partida era inevitable, Gamez todavía estaba triste de verlo partir. Sin embargo, mantuvo su coraje porque sabía que él estaba en buenas manos. Quizás hay algunas cosas que podemos aprender de la transformación de Boby. Incluso cuando las cosas no salen de acuerdo con nuestros deseos y todo parece imposible, ¡nunca podemos saber con certeza lo que traerá el mañana!